Qué hago si no puedo dormir
Dar vueltas en la cama, contar ovejitas o, ahora con el móvil, ver todas las fotos de la galería son algunas de las cosas que probamos desesperados cuando no podemos dormir.
Sin embargo, no siempre son las más útiles “salvo que contar ovejitas le relaje”, advierte la Dra. Elena Urrestarazu, especialista del Departamento de Neurofisiología de la Clínica Universidad de Navarra.
Dormir mal se considera patológico cuando se alcanzan los tres meses teniendo problemas de sueño, al menos, tres días a la semana. Para intentar evitarlo, hay unos sencillos pasos a la hora de acostarse que favorecen el sueño.
El mayor problema es estar mucho rato en la cama despierto, si no se consigue conciliar el sueño, lo mejor es levantarse y hacer algo relajante. No intentar cansarse para estar agotado, ya que el agotamiento puede ayudar a dormir, pero su efecto pasa a las pocas horas.
La especialista de la Clínica Universidad de Navarra asegura que la actitud es fundamental y, para conseguir vencer a este problema, ofrece una serie de consejos:
- Habitación en condiciones adecuadas: Se recomienda que a la hora de dormir la habitación esté a una temperatura agradable, en silencio y en oscuridad.
- Acostarse únicamente cuando esté somnoliento: La doctora explica que no es bueno forzarse a irse a la cama, ya que puede conllevar el efecto contrario.
- No usar la cama para otras actividades como leer, ver la televisión o escuchar la radio, solo para dormir.
- Una vez acostado, evitar las actividades mentales: Planificar las actividades del día siguiente o intentar solucionar problemas activan y retrasan la sensación de somnolencia.
- Poner el despertador todos los días a la misma hora y no utilizar el botón snooze: Independientemente de lo que se haya dormido, se recomienda levantase siempre a la misma hora.
Y, ¿qué es el snooze? La opción de retrasar la alarma o el despertador. El sueño tiene diferentes fases que constituyen los ciclos de sueño. Cada ciclo acaba en sueño REM. Esta última fase se caracteriza por tener una actividad cerebral similar a la de vigilia y el despertar espontáneo desde esta fase es frecuente, con la ventaja de que nos despertamos mucho más despejados, independientemente de la hora. En otras fases, especialmente desde sueño profundo, la inercia de sueño es más prolongada y nos encontramos cansados y adormilados. Pero el despertador no entiende de esta lógica y nos puede despertar en periodos donde la inercia de sueño, un estado intermedio entre el sueño y la vigilia, es más prolongada. Utilizar el snooze conseguirá que se prolongue aún más.