Cómo paliar las migrañas
El 12% de la población se ve afectada por migrañas. Una enfermedad del cerebro que se caracteriza por crisis de dolor de cabeza muy incapacitantes.
Con duraciones entre 4 horas y 3 días, el dolor suele afectar a un lado de la cabeza, como un latido interno, y puede provocar ganas de vomitar, molestia ante la luz y el ruido, y empeora con el ejercicio físico. Un malestar que puede conllevar la incapacidad absoluta para hacer cualquier actividad, tanto física como mental.
La migraña suele llegar a modo de crisis. De forma inesperada. No tiene una causa concreta, pero sí un alto componente genético. Alrededor del 70% de los casos presentan antecedentes familiares. Entonces, ¿cómo evitar su aparición?
Tratando de anular las circunstancias desencadenantes. “Los cambios en los horarios de vida, la falta de sueño, cambios en los horarios de comidas, el ayuno prolongado, algunos pacientes identifican factores alimentarios, y la menstruación en las mujeres”, determina el Dr. Pablo Irimia, neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra, y añade que “el más frecuente de todos es el estrés”.
Entre los afectados por esta patología, el 2% acaba sufriendo migrañas crónicas. En las que las crisis se repiten a lo largo del tiempo debido a factores que favorecen su recaída:
- El consumo excesivo de analgésicos.
- La presencia de factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión.
- La obesidad.
- El consumo excesivo de cafeína.
A una persona que padece migraña se le dice específicamente que tiene que cuidar sus hábitos de vida, controlar el peso y revisar la presión arterial.
La alimentación es un aspecto que se ha venido relacionando con esta dolencia durante años, ya que tanto la obesidad como ciertos alimentos pueden favorecen la aparición de dolores de cabeza. Sin embargo, como apunta el especialista, la presencia de desencadenantes alimentarios no es una norma en todos los pacientes. Por ello, se evita hacer recomendaciones generales.
Cada persona individualmente tiene que ver si algún alimento en concreto le desencadena o no ese dolor de cabeza. No se trata de hacer una dieta restrictiva sino de ir evaluando qué alimentos relaciona con la aparición del malestar.
Las migrañas producen una dilatación e inflamación de las arterias del cerebro, por lo que los tratamientos van encaminados a reducir el calibre de esos vasos. Son medicamentos sintomáticos para las crisis de dolor. Los más habituales son los antinflamatorios y los fármacos triptanes (especialmente indicados para este tipo de cefaleas por su acción vasoconstrictora). Al mismo tiempo, el reposo y aislarse de la luz y el ruido colaboran en paliar el dolor en la mayoría de pacientes. Al igual que la aplicación de frío.
El paciente tiene que tener alguna medicación a mano para que en el momento en el que aparezca el dolor pueda tratarlo precozmente para conseguir reincorporarse a su actividad normal.
Sin embargo, cuando las crisis de cefalea son muy frecuentes, se utilizan medicamentos preventivos para evitar la aparición de la migraña.
El tratamiento preventivo consiste en una serie de medicaciones que se toman a diario para reducir la frecuencia de los dolores y su intensidad. Uno de ellos, que se prescribe cuando la migraña es crónica, es el uso de botox. Unas infiltraciones de toxina botulínica a nivel facial y de cuello, cada tres meses, pueden reducir la frecuencia e intensidad de la cefalea crónica.
En los últimos años están surgiendo nuevas estrategias de tratamiento como los denominados anticuerpos monoclonales.
En la migraña se libera una proteína en la sangre que tiene efecto vasodilatador y que facilita que se produzcan esos dolores de cabeza. Estos anticuerpos bloquean la acción de esta proteína para que el dolor no aparezca. Lo que se ha visto hasta la fecha en ensayos clínicos realizados, es que es un tratamiento seguro y eficaz y es probable que en los próximos años se comercialice.