Terapia hormonal sustitutiva
"El tiempo debe ser el menor posible (no superar los 5 años) y siempre bajo la supervisión médica, que irá evaluando cada año la necesidad o conveniencia de continuarlo basándose en la posible aparición de nuevos factores de riesgo en cada mujer".
DR. LUIS CHIVA DE AGUSTÍN DIRECTOR - RESPONSABLE. DEPARTAMENTO DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA
La terapia hormonal sustitutiva basada en estrógenos o derivados, puede ser a menudo recomendada durante la menopausia, dado que la mayoría de los síntomas que ocurren durante esta etapa están relacionados con un descenso de los niveles en sangre de estrógenos,
Es aconsejable que toda mujer que llegue a la menopausia acuda a un especialista para evaluar la conveniencia de iniciar una terapia hormonal sustitutiva.
Como norma general, son recomendables ciertos hábitos de vida, como son el abandono del tabaco, la ingesta adecuada de calcio y vitamina D en la dieta, el ejercicio regular y evitar la pérdida de peso excesiva.
No todas las pacientes pueden necesitar iniciar una terapia hormonal sustitutiva si se siguen los consejos anteriormente dados.
Hoy en día, existen diversas maneras de realizar la terapia hormonal sustitutiva que, fundamentalmente, va a estar basada en la toma de sólo estrógenos para la mujer que no tiene útero y asociados a progesterona en las que sí lo tienen.
¿Cuándo está indicada la terapia hormonal para la menopausia?
Las indicaciones siguen siendo las mismas: los sofocos, la sudoración nocturna, la sequedad genital u otros síntomas propios de la menopausia, en tal intensidad o grado de incomodidad que puedan estar deteriorando la calidad de vida. También en aquellas con pérdida de masa ósea que no toleraran otros tratamiento específicos para ello.
Aunque el tratamiento hormonal tiene un efecto positivo sobre el humor y la conducta, no debe utilizarse como antidepresivo. Tampoco para mejorar la memoria u otras habilidades cognitivas. Puede ser incluso perjudicial cuando se inicia por encima de los 65 años.
Beneficios de la terapia hormonal sustitutiva:
- A corto plazo va a aliviar en la mayoría de las pacientes los sofocos y las sudoraciones, las molestias genitourinarias y los cambios emocionales y en la líbido.
- No va a tener importantes repercusiones en los cambios a nivel de la mama y de la piel.
- A largo plazo, disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular y de osteoporosis. Asimismo, mejora el perfil lipídico en sangre.
¿Tiene estos síntomas durante la menopausia?
Puede que sea necesario comenzar con terapia hormonal sustitutiva
¿Cómo es el tratamiento con terapia hormonal?
La vía de administración es variada, así pueden tomarse por vía oral, a través de parches transdérmicos, implantes subcuténaos, mediante pomadas cutáneas, «sprays» de absorción transcutánea o, incluso, por vía intranasal.
Sin duda, las formas más extendidas de administración de estrógenos son la vía transdérmica, utilizando parches, y la vía oral.
Antes de iniciar un tratamiento hormonal sustitutivo, es conveniente realizar una serie de pruebas diagnósticas que descarten la presencia de patología a nivel ginecológico o a nivel general, que puedan contraindicar el uso de dicha terapia.
Todas aquellas mujeres a las cuales no se les haya extirpado el útero, además de recibir estrógenos, deben recibir progesterona, ya que tiene un efecto muy importante en la prevención de la aparición de lesiones a nivel del endometrio (la mucosa interna del útero), fundamentalmente la hiperplasia y el cáncer de endometrio.
Todavía no existen datos definitivos en cuanto a la duración, dosis o diferentes preparados hormonales más ideal o con menos riesgos.
En general, y para las mujeres con útero se recomienda emplear la dosis más baja de estrógenos y progesterona que consiga controlar la sintomatología y cuya relación riesgo-beneficio sea proporcionada en cada mujer. En las que no tienen útero también se emplea la misma recomendación, en este caso sólo para los estrógenos.
Parece ser que las dosis bajas se toleran mejor y pueden tener un perfil riesgo-beneficio mejor.
El tiempo debe ser el menor posible (no superar los 5 años) y siempre bajo la supervisión médica que irá evaluando cada año la necesidad o conveniencia de continuarlo en base a la posible aparición de nuevos factores de riesgo en la mujer de que se trate.
Si tras suspenderlo reaparece la sintomatología o si en algún caso la mujer entiende que el beneficio del que está disfrutando le parece mayor que el riesgo, en ambas circunstancias se debe valorar con su médico el reanudarlo o prolongarlo.
Otro aspecto práctico interesante es la vía de administración. Esencialmente son la oral y la transdérmica (parches). Esta última parece acompañarse de un menor riesgo de trombosis ya que alcanza la circulación sanguínea sin pasar primero por el hígado lo cual supondría una alteración de algunos factores de la coagulación.
Cuando sólo hay síntomas locales genitales se emplean las cremas o comprimidos vaginales.
Así, se considera que son contraindicaciones para la toma de este tratamiento la presencia de:
- Enfermedad hepática activa.
- Patología de la vesícula biliar.
- Historia de trombosis venosa profunda en relación con estrógenos.
- Riesgo genético de trombosis venosa.
- Hemorragia vaginal anormal, sin que se haya llegado a un diagnóstico preciso.
- Historia de haber padecido un cáncer estrógeno-dependiente, como el cáncer de mama o el cáncer de endometrio.
Fundamentalmente a corto plazo, son debidos a la toma de la progesterona.
Típicamente son: cefaleas, tensión mamaria y molestias en bajo vientre. La terapia con estrógenos sola se ha relacionado con la aparición de cáncer de endometrio.
De aquí la importancia de combinar la progesterona, ya que el riesgo de aparición de esta enfermedad, realizando el tratamiento adecuado, es prácticamente nulo.
En cuanto a la asociación de esta terapia con cáncer de mama, en la actualidad no hay evidencia definitiva de que un tratamiento a corto plazo incremente el riesgo de cáncer de mama, sin embargo existen ciertas controversias en cuanto al tratamiento a largo plazo.
¿Dónde la realizamos?
EN NAVARRA Y MADRID
El Departamento de Ginecología y Obstetricia
de la Clínica Universidad de Navarra
Cuidado integral que incluye un amplio rango de opciones de consulta y tratamientos que comprenden desde la revisión preventiva habitual hasta las más avanzadas opciones diagnósticas y de tratamiento de problemas obstétricos y ginecológicos en todas las edades.
El departamento ofrece también el control habitual del embarazo que incluye una diversidad de procedimientos diagnósticos y de cribado para identificar problemas potenciales del feto así como de su adecuado crecimiento y desarrollo.
Enfermedades que tratamos
- Cáncer ginecológico
- Diagnóstico prenatal
- Endometriosis
- Incontinencia urinaria y fecal
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- Menopausia
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¿Por qué en la Clínica?
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