Prótesis de cadera
Historia de María
La paciente fue operada de prótesis de cadera a los 105 años de edad por especialistas del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica.
Al margen de la prótesis de cadera que le han colocado, María P. ,paciente pamplonesa de 105 años, asegura que “nunca hasta ahora había pasado por una operación”. Tras una caída a principios de 2012, “me senté entre dos sillas, me apoyé mal y me caí”, acudió a la Clínica Universidad de Navarra.
Tras analizar su caso y sopesar su buen estado de salud, los especialistas del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología, liderados por el doctor Andrés Valentí Azcárate, decidieron someterla a una intervención quirúrgica para implantarle una prótesis parcial de cadera, procedimiento habitual en pacientes de edad avanzada.
Sin embargo, dos meses después de esa primera cirugía, María P. sufría dolor en la zona de la cadera por lo que los especialistas decidieron volverla a intervenir para implantarle una prótesis total.
María, viuda desde los 44 años, tiene tres hijos de 67, 71 y 78 años, además de dos que fallecieron. Su amplia familia la integran también once nietos de entre 34 y 51 años y otros once biznietos con edades comprendidas entre 3 y 18 años. Peinada con un moño blanco, pendientes de perla y ataviada con un traje de chaqueta responde a la entrevista.
¿Cómo se encuentra tras esta segunda intervención?
Estoy cada día mejor y, aunque lo he pasado mal, ahora después de la segunda operación me encuentro bien.
Comenta que estas dos intervenciones de cadera son, a sus 105 años, las únicas ocasiones en las que ha tenido que pasar por quirófano.
Así es. A lo largo de mi vida, nunca he tenido nada grave, al margen de alguna bronquitis o algún problema de estómago. Por lo demás me encuentro bien. El único problema es que no oigo muy bien. Pero no había visto un bisturí hasta esta operación. Lo cierto es que había venido otras veces a la Clínica, pero nunca por cuestiones graves.
¿Cuál diría que es el secreto para llegar así de bien a su edad?
En mis tiempos, las mujeres no trabajábamos, nos dedicábamos a la casa, a cuidar a los hijos y a nada más. Tampoco me he puesto nunca cremas ni potingues, sólo agua y jabón.
¿Ha practicado algún ejercicio físico?
Nunca. Sólo he hecho el ejercicio normal en un ama de casa, cuidar los hijos, la casa y nada más. Hemos vivido en una finca que tenía mi marido en la Rochapea, pero desde que murió vivimos en Pamplona.
¿Qué horarios de vida lleva?
Todos los días me levanto sobre las 9:30 ó 10 para desayunar y me acuesto a las once de la noche o más tarde incluso.
¿Cultiva alguna afición?
Siempre me han gustado mucho las labores de mano, siempre las he trabajado mucho, pero no por necesidad, sino por gusto. He hecho muchas hasta hace poco, como vainica, ganchillo, bolillos y punto. También bordaba. Además, siempre me ha gustado mucho leer, pero ya no veo bien ni con las gafas. Ahora me gusta ver la televisión. La veo con auriculares porque no la oigo bien. Sobre todo me gustan los deportes y los concursos como Saber y Ganar y también los programas de cotilleos. Me gusta enterarme de la vida de los famosos, así no me aburro.
¿Come de todo?
Llevo ya bastante tiempo con pocas ganas de comer. Sí que, de vez en cuando, bebo algo de vino con un poco de Coca Cola para facilitar la digestión, pero como poco porque no tengo mucho apetito. Me encanta la leche y antes tomaba un gran cuenco de leche con una capa de grasa bien gorda. No he probado las ensaladas nunca. Cuando las he preparado, lo he hecho para mis hijos, pero a mí no me gustan estas cosas.
Salta a la vista que no ha perdido el gusto por arreglarse.
Me gusta ir con zapatos de tacón, aunque en mis tiempos llevaba tacones más altos que ahora. Cuando salgo de casa me gusta ir bien, pero no por presumir.
¿Cómo ha sido el trato recibido en la Clínica?
La atención de las enfermeras y de los médicos ha sido muy buena. La comida también muy bien, aunque para mí demasiada. No puedo quejarme, sino todo lo contrario. En la Clínica te tratan muy bien.