La calidad de la cirugía puede reducir hasta en un 44% las recaídas en sarcomas retroperitoneales y pélvicos
El Área de Sarcomas del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra une experiencia y trabajo en equipo para afrontar estos tumores complejos con cirugía, radioterapia y tratamiento sistémico farmacológico
10 de enero de 2024
Los sarcomas retroperitoneales y pélvicos no son frecuentes, apenas dan síntomas, su diagnóstico suele ser incidental -a pesar de que algunos tumores pueden medir hasta 20 centímetros- y normalmente presentan altos porcentajes de recaídas.
Su abordaje es complejo y requiere la experiencia de un equipo médico en el que cirujanos generales y digestivos, oncólogos médicos y radioterápicos, urólogos, cirujanos vasculares, radiólogos intervencionistas, especialistas en Radiodiagnóstico y Medicina Nuclear y enfermeras deben funcionar como un reloj poniendo al paciente en el centro, porque de la calidad de la cirugía depende, según la evidencia científica, la reducción del 44% de los casos de recidivas.
Un comité multidisciplinar del Área de Sarcomas del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN) afronta estos tumores de partes blandas de la cavidad abdominal con un arsenal terapéutico que incluye cirugía, radioterapia y tratamiento farmacológico sistémico, y que se adaptan a la biología de la enfermedad de cada paciente.
El Dr. Fernando Lapuente, cirujano del Área de Sarcomas, coordina en la sede de Madrid la cirugía de estos casos, “que es el eje sobre el que gira todo el tratamiento. De ella dependerán la evolución, la mejor tasa de supervivencia posible y la reducción de las recurrencias”. Más allá del tamaño del tumor, la complejidad de la intervención quirúrgica tiene en cuenta “la localización de esos sarcomas, próximos a estructuras vitales como la aorta o la vena cava, y la necesidad de obtener márgenes libres de enfermedad”. En muchos casos, el paso del paciente por el quirófano exige la extirpación de órganos afectados, como el riñón, el colon, el músculo psoas, el peritoneo, el bazo o el páncreas, para alcanzar así unos márgenes de seguridad que reduzcan el riesgo de recidiva.
Antes, durante o después de la resección quirúrgica, la radioterapia es fundamental. Su indicación temporal dependerá del tamaño, la localización y la complejidad del tumor. Como destaca el Dr. Javier Serrano, especialista en Oncología Radioterápica del Área de Sarcomas, “su beneficio clínico está demostrado en pacientes con sarcomas abdominales, ya que mejora el control locorregional de la enfermedad”.
El equipo médico y técnico del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra permite “todas las técnicas de tratamiento con radioterapia, y eso nos permite ofrecer un plan personalizado de irradiación atendiendo a las características de su enfermedad”. Gracias al acelerador lineal de electrones miniaturizado, integrado en el propio quirófano, es viable la radioterapia intraoperatoria.
El Dr. Alejandro Gallego, especialista en Oncología Médica, subraya que estos sarcomas “son una patología de extremada complejidad en la que la valoración multidisciplinar es fundamental para el manejo de cada paciente. En los casos de recaída a pesar del tratamiento quirúrgico o en los que la enfermedad trasciende la cavidad abdominal, el papel de la quimioterapia para el control del tumor es importante. El conocimiento profundo de cada subtipo histológico de la patología y de su comportamiento es clave para la elección del tratamiento farmacológico sistémico más oportuno”. Además, destaca que “contar con una Unidad de Ensayos Clínicos con amplia variedad de opciones terapéuticas” puede ser de gran ayuda para los pacientes que pudiesen necesitar otros tratamientos.
La máxima precisión de la protonterapia
Como técnica de radioterapia externa complementaria antes o después de la cirugía, los pacientes con sarcoma abdominal pueden contar con los servicios de la pionera Unidad de Protonterapia del CCUN, que permite la máxima precisión en la radiación “reduciendo la toxicidad sobre tejidos y órganos sanos intraabdominales, como las asas intestinales, los riñones o el hígado, y favoreciendo una excelente tolerancia al tratamiento y una significativa reducción de posibles complicaciones a largo plazo”, según apunta el Dr. Serrano.