Hacer ejercicio durante la hemodiálisis mejora la calidad de vida de pacientes con insuficiencia renal crónica
Un estudio ha constatado el avance en la condición física entre los participantes en este programa personalizado desarrollado por la Clínica y diseñado para personas con una patología del riñón que afecta a uno de cada 7 adultos en España

13 de marzo de 2025
El Servicio de Nefrología de la Clínica Universidad de Navarra ha desarrollado un programa de ejercicio físico para pacientes con insuficiencia renal crónica que busca mejorar la calidad de vida, mejorar la fuerza muscular y prevenir el desgaste. Este plan de rehabilitación se realiza durante el tiempo que dura el tratamiento de hemodiálisis de acuerdo con las recomendaciones del médico responsable.
El desarrollo de este programa es sencillo: los pacientes comienzan a realizar los ejercicios 30 minutos después de la conexión a los monitores de tratamiento. A partir de ahí, entre pedales y pesas, compaginan este tratamiento, que busca filtrar las toxinas y el agua sobrante, con un ejercicio moderado, pero eficaz. Según Cristina Labiano, enfermera supervisora, “el uso de los pedales y pesas está determinado por una escala de valoración previa. Si el paciente es susceptible de realizar el ejercicio de acuerdo a su nivel de fragilidad, se le ajustará a partir de una tabla de valores”.
Este estudio desarrollado por los profesionales del Servicio de Nefrología ha contado con la participación de 22 pacientes con una media de edad de 72 años y con un mínimo de dos años en tratamiento. “Hemos constatado que una intervención protocolizada y personalizada produce beneficios en la condición física de los pacientes y en su calidad de vida. Gracias al trabajo multidisciplinar, los pacientes pueden aprovechar de otra manera el tiempo de estancia en el hospital mientras se somete a estas sesiones de hemodiálisis”, asegura Cristina Labiano.
La hemodiálisis es un tratamiento que pretende limpiar las toxinas generadas, el exceso de agua y los electrolitos de la sangre. Estas sustancias aparecen por un mal funcionamiento del riñón en la enfermedad renal crónica. Según la Sociedad Española de Nefrología, más de 64.500 españoles se someten a este tratamiento cada año. La insuficiencia renal crónica afecta a uno de cada siete adultos en España.