DICCIONARIO MÉDICO

Ácido graso libre

¿Qué es un ácido graso libre?

Los ácidos grasos libres (AGL) son moléculas fundamentales en el metabolismo humano y desempeñan un papel crucial en diversas funciones biológicas y fisiológicas. Los ácidos grasos son cadenas hidrocarbonadas con un grupo carboxilo (-COOH) en un extremo, y cuando no están unidos a otras moléculas, se denominan "libres". Estos compuestos pueden variar en longitud y en el grado de saturación de sus enlaces, lo que influye en sus propiedades y funciones biológicas.

Los ácidos grasos libres se liberan principalmente a través de la lipólisis, un proceso en el cual los triglicéridos almacenados en los adipocitos (células de grasa) se descomponen en glicerol y ácidos grasos libres. Este proceso es regulado por varias hormonas, incluyendo la insulina, el glucagón y la adrenalina, y es crucial para la movilización de energía durante periodos de ayuno, ejercicio o estrés.

Desde un punto de vista metabólico, los ácidos grasos libres son una fuente importante de energía. Una vez liberados en el torrente sanguíneo, son transportados a diversos tejidos, como el músculo esquelético y el hígado, donde son oxidados para producir energía. La oxidación de los ácidos grasos ocurre en las mitocondrias a través del proceso de beta-oxidación, que genera acetil-CoA, NADH y FADH2, los cuales son utilizados en el ciclo de Krebs y la cadena de transporte de electrones para producir ATP, la principal moneda energética de la célula.

Además de su papel en la producción de energía, los ácidos grasos libres también son precursores para la biosíntesis de importantes biomoléculas. Por ejemplo, son necesarios para la síntesis de fosfolípidos, componentes esenciales de las membranas celulares, y para la producción de hormonas esteroides y eicosanoides, que son cruciales en la regulación de la inflamación, la inmunidad y otras funciones fisiológicas.

Los ácidos grasos libres pueden clasificarse en tres categorías principales: saturados, monoinsaturados y poliinsaturados. Los ácidos grasos saturados no tienen dobles enlaces entre los átomos de carbono de la cadena hidrocarbonada, lo que les confiere una estructura lineal y les permite empaquetarse estrechamente, resultando en una mayor estabilidad a temperatura ambiente. Ejemplos de ácidos grasos saturados incluyen el ácido palmítico y el ácido esteárico.

Los ácidos grasos monoinsaturados tienen un solo doble enlace en la cadena hidrocarbonada, lo que introduce una curvatura en la molécula y afecta sus propiedades físicas y biológicas. Un ejemplo prominente de ácido graso monoinsaturado es el ácido oleico, que se encuentra en altas concentraciones en el aceite de oliva y es conocido por sus beneficios para la salud cardiovascular.

Los ácidos grasos poliinsaturados contienen dos o más dobles enlaces en su cadena hidrocarbonada. Estos ácidos grasos son esenciales en la dieta humana, ya que el cuerpo no puede sintetizarlos. Entre ellos, se destacan los ácidos grasos omega-3 y omega-6, como el ácido linoleico, el ácido alfa-linolénico, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Estos ácidos grasos poliinsaturados son cruciales para el desarrollo y el funcionamiento del cerebro, así como para la modulación de procesos inflamatorios.

El metabolismo anormal de los ácidos grasos libres está asociado con varias condiciones patológicas. Por ejemplo, niveles elevados de ácidos grasos libres en sangre se han relacionado con la resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes tipo 2. Esto se debe a que un exceso de ácidos grasos libres puede interferir con la señalización de la insulina en los tejidos periféricos, contribuyendo a la hiperglucemia y la disfunción metabólica.

En el contexto de la enfermedad cardiovascular, los ácidos grasos libres también juegan un papel importante. Los ácidos grasos libres elevados pueden contribuir a la dislipidemia, la inflamación vascular y la aterosclerosis, aumentando el riesgo de eventos cardiovasculares como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular. Por otro lado, ciertos ácidos grasos libres, como los ácidos grasos omega-3, han demostrado tener efectos cardioprotectores al reducir la inflamación, mejorar la función endotelial y disminuir los niveles de triglicéridos en sangre.

Desde una perspectiva clínica, la medición de los niveles de ácidos grasos libres en sangre puede proporcionar información valiosa sobre el estado metabólico y el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Además, las intervenciones dietéticas y farmacológicas que modulan los niveles y el metabolismo de los ácidos grasos libres son estrategias clave en el manejo de estas enfermedades.

Los ácidos grasos libres también tienen aplicaciones en la industria alimentaria y farmacéutica. En la industria alimentaria, los aceites y grasas que contienen altos niveles de ácidos grasos libres se utilizan en la formulación de diversos productos alimenticios. En la industria farmacéutica, los ácidos grasos libres y sus derivados se utilizan en la formulación de medicamentos y suplementos nutricionales, aprovechando sus propiedades biológicas y beneficios para la salud.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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