DICCIONARIO MÉDICO

Cadaverina

Qué es la cadaverina

La cadaverina es una amina biogénica de fórmula química NH₂(CH₂)₅NH₂, también conocida como 1,5-diaminopentano. Se genera principalmente durante la putrefacción de tejidos animales y humanos como producto de la descarboxilación del aminoácido lisina. Este compuesto está estrechamente vinculado al olor fétido característico de la descomposición orgánica y desempeña un papel relevante tanto en la medicina forense como en la microbiología, toxicología y seguridad alimentaria.

Origen y síntesis de la cadaverina

La cadaverina se forma por acción de la enzima lisina descarboxilasa, que convierte la lisina (un aminoácido esencial) en cadaverina mediante un proceso de descarboxilación. Este fenómeno ocurre en ambientes anaerobios donde existe actividad bacteriana, como en el tracto digestivo o durante la descomposición de un cadáver.

Los principales microorganismos implicados en la producción de cadaverina incluyen Escherichia coli, Clostridium spp. y otras bacterias proteolíticas que colonizan tejidos post mortem. En el contexto médico, la cadaverina también puede producirse en ciertas infecciones o procesos metabólicos alterados.

Propiedades químicas y físicas

Desde el punto de vista químico, la cadaverina es una diaminoalquilamina lineal con un grupo amino en ambos extremos. Es incolora, hidrosoluble y presenta un punto de ebullición elevado (cerca de 178 °C). Su olor es extremadamente desagradable y penetrante, incluso en concentraciones mínimas.

Su estructura básica le permite interaccionar con ácidos nucleicos, proteínas y membranas celulares, lo que explica su capacidad de modular procesos biológicos en organismos vivos, pero también su potencial toxicidad cuando se acumula en exceso.

Funciones biológicas de la cadaverina

Aunque históricamente se ha considerado un producto exclusivamente asociado a la putrefacción, estudios recientes han demostrado que la cadaverina también participa en funciones biológicas normales:

  • Regulación de la proliferación celular: Actúa como modulador de procesos de división y crecimiento celular, especialmente en bacterias y tejidos epiteliales.
  • Estabilización de la estructura del ADN: Gracias a su naturaleza policatiónica, puede unirse a moléculas de ADN y ARN, afectando su conformación y expresión genética.
  • Interacción con canales iónicos y receptores: Participa en la regulación de la permeabilidad celular y puede modular respuestas neurológicas.

Cadaverina y procesos patológicos

La presencia excesiva de cadaverina en el cuerpo humano puede asociarse a varias condiciones clínicas y procesos infecciosos:

  • Halitosis crónica: En pacientes con mal aliento persistente, se ha observado una elevación significativa de cadaverina en saliva y mucosa oral.
  • Vaginosis bacteriana: La cadaverina y otras aminas como la putrescina contribuyen al olor característico de esta disbiosis vaginal.
  • Trastornos de metabolismo aminoacídico: Errores congénitos del metabolismo de la lisina pueden incrementar la producción endógena de cadaverina.

Cadaverina en medicina forense

En medicina legal y criminalística, la cadaverina representa un marcador útil en la estimación del intervalo postmortem. Su aparición y concentración están directamente relacionadas con el avance de los fenómenos putrefactivos. Se utiliza en conjunto con otros compuestos como la putrescina, indol y escatol.

Además, los biosensores diseñados para detectar cadaverina se emplean para rastrear cadáveres en situaciones de catástrofe, investigaciones penales o en trabajos arqueológicos, permitiendo una localización no invasiva en terrenos contaminados o de difícil acceso.

Cadaverina y seguridad alimentaria

En el contexto de alimentos, la cadaverina se considera un indicador de descomposición proteica. Su acumulación en carnes, pescados y derivados cárnicos señala una pérdida de frescura y potencial riesgo sanitario:

  • Productos cárnicos mal conservados: Embutidos, patés o carnes frescas almacenadas de forma incorrecta pueden contener concentraciones elevadas de cadaverina.
  • Potenciación de toxicidad alimentaria: Aunque la cadaverina en sí no es extremadamente tóxica, puede potenciar la toxicidad de la histamina, favoreciendo reacciones adversas graves, especialmente en personas sensibles o alérgicas.

Por ello, la regulación de los niveles de aminas biógenas en alimentos es una prioridad en la industria alimentaria, y la cadaverina es uno de los principales compuestos analizados en el control de calidad.

Detección analítica de la cadaverina

Las técnicas empleadas para detectar y cuantificar cadaverina incluyen:

  1. Cromatografía líquida de alta resolución (HPLC): Utiliza derivatización con o-ftalaldehído (OPA) o dansilo para cuantificación precisa.
  2. Cromatografía de gases con espectrometría de masas (GC-MS): Permite identificación estructural con gran sensibilidad.
  3. Espectroscopía infrarroja: Para detección en fases sólidas en estudios postmortem.
  4. Biosensores enzimáticos: En desarrollo para aplicaciones forenses y ambientales.

Cadaverina en microbiología clínica

La capacidad de ciertas bacterias patógenas de producir cadaverina in vivo ha generado interés en el diagnóstico de infecciones. Por ejemplo, cepas de Proteus mirabilis o Klebsiella pneumoniae generan cadaverina en el contexto de infecciones urinarias, favoreciendo el desarrollo de biofilms y resistencia a antibióticos.

Impacto ambiental y ecológico

La liberación de cadaverina durante la descomposición de materia orgánica tiene repercusiones en ecosistemas:

  • Atracción de insectos necrófagos: Sirve como estímulo olfativo para moscas y escarabajos, fundamentales en la degradación cadavérica.
  • Señalización entre especies: Algunos vertebrados detectan la cadaverina como señal de peligro o como indicativo de recursos tróficos disponibles.

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