Canaliculitis

¿Qué es la canaliculitis?

La canaliculitis es una inflamación crónica o aguda de los canalículos lagrimales, pequeños conductos que forman parte del sistema de drenaje lagrimal. Esta condición afecta con mayor frecuencia al canalículo inferior y suele presentarse como una infección persistente o recurrente que puede confundirse clínicamente con una conjuntivitis crónica o una dacriocistitis. Su diagnóstico correcto y tratamiento oportuno son fundamentales para evitar complicaciones oftalmológicas.

Anatomía y función de los canalículos lagrimales

Los canalículos lagrimales son estructuras tubulares que conectan el punto lagrimal (situado en el borde interno del párpado superior e inferior) con el saco lagrimal. Existen dos canalículos, uno superior y otro inferior, que suelen unirse en un conducto común antes de desembocar en el saco lagrimal. Su función es transportar las lágrimas desde la superficie ocular hasta la cavidad nasal a través del sistema de drenaje lagrimal.

Cuando los canalículos se inflaman por diversas causas, se produce la canaliculitis lagrimal, que puede cursar con signos y síntomas molestos como lagrimeo excesivo (epífora), secreción purulenta, enrojecimiento y dolor localizado en el canto interno del ojo.

Causas de la canaliculitis

Las causas de la canaliculitis son variadas, aunque la mayoría de los casos están relacionados con infecciones bacterianas crónicas. Entre los agentes etiológicos más frecuentes se encuentran:

• Actinomyces israelii: bacteria anaerobia grampositiva, responsable de la canaliculitis crónica con formación de concreciones (sulfur granules).
• Staphylococcus aureus y Streptococcus spp: implicados en casos agudos o subagudos.
• Corynebacterium, Nocardia, Candida: menos frecuentes, pero también descritos.
• Factores predisponentes: obstrucción lagrimal previa, cuerpos extraños, cirugía ocular o uso crónico de colirios antibióticos o corticoides.

Manifestaciones clínicas de la canaliculitis lagrimal

La presentación clínica de la canaliculitis lagrimal suele ser inespecífica, lo que contribuye a su diagnóstico tardío. Entre los signos y síntomas más comunes se incluyen:

• Epífora crónica: lagrimeo persistente sin causa aparente.
• Secreción mucopurulenta: salida de pus o moco espeso al presionar sobre el canalículo afectado.
• Enrojecimiento y edema: inflamación localizada del canto medial palpebral.
• Punto lagrimal evertido: protrusión o desplazamiento del orificio lagrimal.
• Presencia de concreciones: granos amarillentos en el canalículo, típicos de infección por Actinomyces.

Diferencias con otras patologías del sistema lagrimal

Es importante diferenciar la canaliculitis de otras entidades oftalmológicas con síntomas similares:

• Dacriocistitis: infección del saco lagrimal, que suele presentar mayor inflamación y dolor.
• Conjuntivitis crónica: aunque también cursa con secreción, no suele producir epífora ni afectación del punto lagrimal.
• Obstrucción del conducto nasolagrimal: se manifiesta con epífora, pero sin signos inflamatorios localizados en los canalículos.

Diagnóstico de la canaliculitis

El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se basa en la exploración oftalmológica detallada. El oftalmólogo puede observar signos característicos y realizar maniobras específicas como la expresión del canalículo con salida de secreción purulenta.

Estudios complementarios

• Coloración con fluoresceína: para evaluar el drenaje lagrimal.
• Dacriocistografía: útil en casos de diagnóstico diferencial complejo.
• Cultivo microbiológico: permite identificar el agente causal y guiar el tratamiento.

Tratamiento de la canaliculitis

El tratamiento se basa en medidas médicas y quirúrgicas. La elección dependerá de la gravedad del cuadro, el agente causal y la presencia de concreciones.

Tratamiento médico

En fases iniciales, se puede intentar con antibióticos tópicos y orales dirigidos según el cultivo. Se recomienda el uso de:

• Antibióticos tópicos: tobramicina, ciprofloxacino, colirios combinados con corticoides en casos inflamatorios severos.
• Antibióticos orales: penicilinas o clindamicina en caso de infección por Actinomyces.
• Irrigaciones lagrimales con soluciones antisépticas como yodopovidona o suero fisiológico hipertónico.

Tratamiento quirúrgico

Cuando el tratamiento médico no es eficaz o existen concreciones resistentes, se recomienda la canaliculotomía con extracción de material purulento y curetaje del canalículo. Esta técnica quirúrgica permite una limpieza completa y reduce la tasa de recurrencia.

En casos recurrentes o refractarios, puede ser necesario recurrir a técnicas como la canaliculoplastia o incluso la oclusión del canalículo afectado.

Pronóstico y evolución

El pronóstico de la canaliculitis lagrimal es favorable si se realiza un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado. Sin embargo, en ausencia de tratamiento o cuando este es incompleto, pueden desarrollarse complicaciones como:

• Recurrencia crónica de la infección.
• Obstrucción canalicular irreversible.
• Propagación al saco lagrimal (dacriocistitis secundaria).

Prevención y seguimiento

Para prevenir la aparición o recurrencia de la canaliculitis, es importante:

• Evitar el uso prolongado de colirios sin indicación médica.
• Tratar adecuadamente obstrucciones del sistema lagrimal.
• Controlar factores predisponentes como infecciones crónicas de párpados o conjuntiva.

El seguimiento oftalmológico periódico permite identificar recurrencias tempranas y aplicar medidas terapéuticas oportunas.

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