DICCIONARIO MÉDICO

Carcinógeno

¿Qué es un carcinógeno?

El término carcinógeno hace referencia a cualquier agente físico, químico o biológico que tiene la capacidad de inducir o promover la formación de un cáncer en organismos vivos. En el ámbito de la medicina y la oncología, se emplea para describir aquellas sustancias o exposiciones que pueden desencadenar procesos de carcinogénesis, es decir, transformaciones celulares que conducen a la proliferación descontrolada de células malignas. La identificación, clasificación y regulación de los carcinógenos constituye un eje fundamental de la prevención oncológica a nivel global.

Mecanismos por los que actúa un carcinógeno

Los carcinógenos pueden actuar a través de diversos mecanismos que afectan la estabilidad genética de la célula o alteran su entorno fisiológico. En términos generales, se clasifican en dos grandes categorías mecanísticas: carcinógenos genotóxicos, que inducen directamente mutaciones en el ADN, y carcinógenos no genotóxicos, que alteran procesos celulares sin dañar directamente el material genético. En ambos casos, el resultado es una disrupción del control normal del ciclo celular, lo que favorece la transformación maligna.

Carcinógenos genotóxicos

Los carcinógenos genotóxicos son aquellos que interactúan directamente con el ADN, provocando daños como mutaciones puntuales, roturas cromosómicas o reordenamientos genómicos. Estos efectos pueden ser consecuencia de:

  • Intercalación en la doble hélice del ADN
  • Formación de aductos covalentes con bases nitrogenadas
  • Inducción de errores durante la replicación del ADN

Un ejemplo paradigmático es el benzopireno, presente en el humo del tabaco, que tras su activación metabólica forma aductos que distorsionan el ADN, promoviendo mutaciones en genes como TP53.

Carcinógenos no genotóxicos

A diferencia de los anteriores, los carcinógenos no genotóxicos no interactúan directamente con el ADN, sino que actúan a través de otros mecanismos como:

  • Promoción de la proliferación celular excesiva
  • Inhibición de la apoptosis (muerte celular programada)
  • Inducción de estrés oxidativo crónico
  • Alteración de la comunicación intercelular

Estos agentes, aunque no causen daño genético directo, pueden crear un entorno favorable para la expansión clonal de células con mutaciones previas, actuando como promotores tumorales.

Clasificación de los tipos de carcinógeno

Existen diferentes tipos de carcinógeno según su naturaleza, mecanismo de acción y nivel de evidencia científica. La clasificación más reconocida a nivel internacional es la realizada por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Clasificación según la IARC

La IARC ha establecido una clasificación jerárquica de carcinógenos basada en la evidencia disponible en estudios humanos, animales y experimentos in vitro. Esta categorización incluye los siguientes grupos:

  1. Grupo 1: Carcinógeno para humanos. Existe evidencia suficiente de su asociación con cáncer (ej.: tabaco, asbestos, radiación ultravioleta).
  2. Grupo 2A: Probablemente carcinógeno para humanos. Evidencia limitada en humanos, pero suficiente en animales (ej.: glifosato, carne roja procesada).
  3. Grupo 2B: Posiblemente carcinógeno para humanos. Evidencia limitada o insuficiente (ej.: emisiones de motores de combustión interna).
  4. Grupo 3: No clasificable respecto a su carcinogenicidad en humanos (ej.: cafeína, teflón).
  5. Grupo 4: Probablemente no carcinógeno para humanos (muy pocos agentes en esta categoría).

Tipos de carcinógeno según su naturaleza

Desde el punto de vista de su origen, los tipos de carcinógeno se agrupan en tres categorías principales:

Carcinógenos químicos

Incluyen compuestos orgánicos e inorgánicos que inducen daño celular. Algunos ejemplos relevantes son:

  • Hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs)
  • Aminas aromáticas
  • Aflatoxinas (producidas por hongos Aspergillus)
  • Arsénico, níquel, cromo hexavalente

Carcinógenos físicos

Comprenden agentes físicos que inducen daño directo al ADN o generan radicales libres, como:

  • Radiaciones ionizantes (rayos X, gamma)
  • Radiación ultravioleta (UVB, UVA)
  • Fibra de asbesto (activa procesos inflamatorios crónicos)

Carcinógenos biológicos

Son agentes infecciosos que pueden inducir cáncer a través de mecanismos virales, inmunológicos o inflamatorios:

  • Virus del papiloma humano (VPH)
  • Virus de la hepatitis B y C
  • Helicobacter pylori
  • Virus de Epstein-Barr

Factores que influyen en el efecto carcinógeno

No todos los individuos responden igual ante la exposición a un carcinógeno. El efecto oncogénico depende de múltiples variables:

  • Dosis y duración de la exposición
  • Edad y estado fisiológico del individuo
  • Susceptibilidad genética: polimorfismos en genes metabolizadores de toxinas
  • Interacción con otros agentes carcinógenos o promotores

Carcinógenos en el entorno cotidiano

La exposición a carcinógenos puede ocurrir en diversos contextos de la vida diaria. Algunos de los más frecuentes incluyen:

  • Humo del tabaco y exposición al humo de segunda mano
  • Contaminación atmosférica (PM2.5, ozono troposférico)
  • Compuestos presentes en alimentos procesados (nitrosaminas)
  • Productos cosméticos y del hogar con compuestos como formaldehído o benceno
  • Exposición ocupacional a solventes, pesticidas o metales pesados

Prevención y regulación de carcinógenos

La identificación de un carcinógeno no implica necesariamente la prohibición de su uso, pero sí obliga a establecer medidas de control. La prevención primaria es el objetivo prioritario de salud pública.

Agencias reguladoras internacionales

Organismos como la IARC, la Agencia de Protección Ambiental (EPA), la Unión Europea y la OSHA en Estados Unidos desarrollan normativas específicas para limitar la exposición a sustancias carcinógenas en el entorno laboral, ambiental y alimentario.

Estrategias preventivas

Algunas medidas para reducir el impacto de los carcinógenos incluyen:

  • Evitar el consumo de tabaco
  • Utilizar protección solar adecuada frente a radiación UV
  • Mejorar la ventilación en ambientes con productos químicos
  • Consumir dietas bajas en alimentos procesados y ricas en antioxidantes
  • Fomentar controles sanitarios estrictos en industrias con exposición a agentes tóxicos

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