DICCIONARIO MÉDICO

Dolor isquémico

Qué es el dolor isquémico

El dolor isquémico es una manifestación clínica que se produce como consecuencia de la reducción o interrupción del flujo sanguíneo a un tejido o un órgano. Esta falta de aporte sanguíneo provoca una disminución en el suministro de oxígeno y nutrientes esenciales, lo que resulta en daño celular y la aparición de dolor característico.

Este tipo de dolor es frecuente en condiciones médicas graves como la enfermedad arterial periférica, el infarto de miocardio y la angina de pecho. Su diagnóstico y manejo oportunos son esenciales para prevenir complicaciones graves, incluyendo la necrosis tisular.

Características del dolor isquémico

El dolor isquémico se distingue por su naturaleza intensa y, a menudo, opresiva. Este dolor puede presentarse de manera episódica o persistente, dependiendo de la causa subyacente. Entre las principales características clínicas destacan:

  • Sensación de presión o ardor en la zona afectada.
  • Intensificación del dolor durante el esfuerzo físico o en situaciones de estrés.
  • Alivio parcial con reposo en algunos casos, como en la angina estable.

Causas de dolor isquémico

Las causas de dolor isquémico están relacionadas principalmente con la obstrucción o reducción del flujo sanguíneo arterial. Estas causas pueden clasificarse en:

  1. Arteriosclerosis: acumulación de placas de grasa en las arterias que restringen el flujo sanguíneo, como ocurre en la enfermedad coronaria.
  2. Trombosis arterial: formación de coágulos que bloquean el suministro sanguíneo, como en el caso de un infarto agudo de miocardio.
  3. Espasmos vasculares: contracción súbita y temporal de las arterias, que puede provocar isquemia transitoria.
  4. Embolia: obstrucción arterial causada por material extraño, como un coágulo o fragmentos de grasa.

Entre las enfermedades y situaciones asociadas al dolor isquémico se encuentran:

  • Angina de pecho (estable o inestable).
  • Infarto de miocardio.
  • Enfermedad arterial periférica.
  • Accidente cerebrovascular isquémico.
  • Isquemia intestinal aguda o crónica.

Diagnóstico del dolor isquémico

El diagnóstico del dolor isquémico requiere una evaluación detallada para identificar la causa subyacente y evaluar el grado de isquemia. El proceso diagnóstico incluye los siguientes pasos:

  • Historia clínica: exploración de síntomas, localización del dolor, factores desencadenantes y enfermedades previas, como hipertensión o diabetes.
  • Exploración física: búsqueda de signos de insuficiencia arterial, como piel pálida, frialdad en las extremidades o ausencia de pulsos periféricos.
  • Pruebas de laboratorio: análisis de marcadores como troponinas, creatina quinasa y dímero D, que pueden indicar daño tisular o trombosis.
  • Estudios de imagen: incluyen angiografía, ecografía Doppler, resonancia magnética o tomografía computarizada para evaluar el flujo sanguíneo y detectar obstrucciones.

En casos de sospecha de infarto de miocardio, se realiza un electrocardiograma para identificar alteraciones isquémicas en el corazón.

Tratamiento del dolor isquémico

El tratamiento del dolor isquémico depende de la causa subyacente y la gravedad de la isquemia. Las opciones terapéuticas se dividen en:

Tratamientos médicos

  • Fármacos antianginosos: nitratos, bloqueadores beta y antagonistas del calcio para mejorar el flujo sanguíneo y reducir el dolor.
  • Anticoagulantes y antiagregantes plaquetarios: como heparina y aspirina para prevenir la formación de coágulos.
  • Estatinas: para reducir los niveles de colesterol y ralentizar la progresión de la aterosclerosis.

Intervenciones quirúrgicas

  • Angioplastia y colocación de stents: para restaurar el flujo sanguíneo en arterias obstruidas.
  • Bypass arterial: creación de un camino alternativo para el flujo sanguíneo mediante injertos.
  • Trombectomía: extracción de coágulos en casos de trombosis aguda.

Tratamientos complementarios

Además de las opciones mencionadas, se recomiendan cambios en el estilo de vida, como la adopción de una dieta saludable, el abandono del tabaco y la realización de actividad física regular bajo supervisión médica.

Importancia de un diagnóstico temprano

El diagnóstico y tratamiento oportunos del dolor isquémico son esenciales para prevenir complicaciones graves, como la necrosis tisular y la pérdida funcional de los órganos afectados. Un enfoque multidisciplinar que combine atención médica, terapias farmacológicas y procedimientos invasivos mejora significativamente el pronóstico del paciente.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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