DICCIONARIO MÉDICO

Recambio plasmático

¿Qué es recambio plasmático?

El recambio plasmático, conocido también como plasmaféresis terapéutica, es un procedimiento médico que consiste en la extracción del plasma sanguíneo del cuerpo del paciente, con el objetivo de eliminar sustancias consideradas nocivas para la salud, que pueden estar presentes en este componente de la sangre, como autoanticuerpos, complejos inmunes, proteínas anormales o toxinas. Posteriormente, se reemplaza el plasma extraído con soluciones de reemplazo, como el plasma donado o una solución de albúmina, antes de reintegrar los elementos formes de la sangre al paciente.

Esta técnica es una herramienta terapéutica fundamental en el tratamiento de diversas enfermedades autoinmunitarias, neurológicas, hematológicas y renales. Entre las patologías para las que se indica el recambio plasmático se incluyen la púrpura trombocitopénica trombótica, la enfermedad de Goodpasture, el síndrome de Guillain-Barré, la miastenia gravis y la crisis de vasooclusión en pacientes con hemoglobinopatías, como la anemia de células falciformes, entre otras.

El procedimiento se realiza mediante un dispositivo conocido como separador celular, que puede funcionar bajo principios de centrifugación o filtración, y permite separar los componentes sanguíneos gracias a sus diferentes densidades o tamaños. El plasma que contiene las sustancias dañinas es extraído mientras que los glóbulos rojos, blancos y plaquetas se conservan y mezclan con el plasma o la solución de reemplazo, para ser devueltos al paciente.

La realización de un recambio plasmático debe ser supervisada por un equipo médico especializado, ya que requiere el acceso a una vena de gran calibre, a menudo mediante un catéter central, y el procedimiento en sí puede estar asociado con riesgos como hipotensión, arritmias, reacciones alérgicas a los sustitutos del plasma o, muy raramente, infecciones.

La decisión de iniciar la plasmaféresis debe basarse en una evaluación integral del paciente, incluyendo el diagnóstico preciso de la enfermedad de base, la severidad de los síntomas y la respuesta a otros tratamientos. Asimismo, la frecuencia y el volumen de plasma a ser intercambiado varía según la enfermedad y la respuesta clínica de cada paciente, lo que requiere un monitoreo continuo para ajustar el tratamiento.

A pesar de los avances en otras modalidades terapéuticas, el recambio plasmático sigue siendo una intervención salvavidas para ciertas condiciones médicas. Su capacidad para remover rápidamente mediadores patológicos de la circulación la convierte en una opción terapéutica de elección en situaciones de emergencia y en enfermedades refractarias a la medicación convencional.

La eficacia del recambio plasmático se ve influenciada por la tasa y eficiencia de la eliminación de las sustancias nocivas, así como por la capacidad del organismo para regenerar el plasma y equilibrar los volúmenes intravasculares. Por ello, es esencial realizar una valoración de la volemia y de la composición sanguínea antes, durante y después del procedimiento, para evitar desequilibrios que podrían tener consecuencias graves para el paciente.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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