Ojo seco. Sequedad ocular
"En la Clínica, estudiamos de forma individualizada el mejor tratamiento para nuestros pacientes con síndrome de ojo seco y blefaritis. Por ello, ponemos a su disposición el mejor equipo humano y tecnológico".
DRA. CRISTINA ABASCAL AZANZA
ESPECIALISTA. DEPARTAMENTO DE OFTALMOLOGÍA
¿Qué es el ojo seco?
El ojo seco o sequedad de la superficie ocular es un problema oftalmológico muy frecuente que puede ser favorecido o provocado por diversos factores (auto inmunológicos, ambientales, hormonales, tóxicos, etc.)
Debido al origen multifactorial de esta enfermedad es muy importante tratar de identificar en cada caso cuales son los factores que más están influyendo en la sintomatología del paciente, con el objetivo de poder realizar un tratamiento lo más individualizado posible.
En muchos casos se trata de una enfermedad de larga duración y con frecuencia no es posible hacer desaparecer completamente los síntomas que provoca esta enfermedad, por lo que el objetivo de su tratamiento es disminuir todo lo posible la intensidad de los síntomas de nuestros pacientes.
Tipos de ojo seco
Evaporativo
El ojo seco evaporativo es un tipo de ojo seco que se caracteriza por una disminución en la producción de la capa lipídica de las lágrimas o por una mayor evaporación de esta capa. La capa lipídica es esencial para evitar la evaporación excesiva de las lágrimas y mantener la superficie ocular lubricada.
¿Cuáles son los síntomas del ojo seco?
Entre los síntomas más habituales que pueden aparecer en esta enfermedad se encuentran los siguientes: sensación de cuerpo extraño o de arenilla en los ojos, picor y escozor ocular, “pinchazos oculares”, pesadez de los párpados, “cansancio visual”, fotofobia o visión borrosa fluctuante. Incluso en algunos casos puede presentarse la necesidad de permanecer con los ojos cerrados.
Puede también existir un aumento aparentemente paradójico del lagrimeo que suele deberse a que como la superficie ocular no goza de la hidratación constante que necesita, en un intento de compensar esta deficiencia, que por otra parte no consigue su objetivo, se produce un hiperlagrimeo reflejo.
Síntomas más habituales:
- Sensación de cuerpo extraño.
- Lagrimeo.
- Visión borrosa fluctuante.
- Pesadez de los párpados.
¿Tiene alguno de estos síntomas?
Puede que tenga un problema de sequedad ocular
¿Cómo se diagnostica el ojo seco?
Test de Schirmer: Mide la cantidad de lágrimas producidas por los ojos. Consiste en colocar una tira de papel de filtro en el párpado inferior y medir la cantidad de lágrimas absorbidas en un período de tiempo determinado.
Tiempo de ruptura de la película lagrimal: Evalúa la estabilidad de la lágrima en la superficie ocular. Se utiliza una solución de tinte especial que se coloca en el ojo y se observa el tiempo que tarda en aparecer una mancha seca en la película lagrimal.
Evaluación de los párpados y las glándulas de Meibomio: Se examinan los párpados en busca de signos de inflamación o disfunción de las glándulas de Meibomio, que pueden afectar la calidad de las lágrimas.
Disponemos de la tecnología adecuada que nos permite intentar realizar un diagnóstico individualizado en cada paciente.
Utilizamos para el diagnóstico el Keratograph 5M® que es un topógrafo de discos de plácido con iluminación blanca e infrarroja. Evalúa 22.000 puntos de la superficie con lo que se consigue información muy precisa y detallada del estado de la superficie ocular y de la película lagrimal.
¿Cuáles son las causas de ojo seco?
Existen muchas causas y factores de riesgo para padecer ojo seco.
Algunas de ellas son:
- Edad avanzada.
- Menopausia.
- Factores ambientales.
- Mala alimentación.
- Enfermedades autoinmunes.
- Efectos secundarios de medicamentos.
- Traumatismos oculares.
- Utilización de lentes de contacto.
¿Cómo se trata el ojo seco?
Contamos con los últimos avances diagnósticos y terapéuticos para la sequedad ocular.
En todos los casos, el “síndrome de ojo seco” conlleva una inadecuada humectación y lubricación de la superficie ocular, que provoca la aparición de síntomas que en ocasiones pueden resultar muy intensos, molestos, incluso limitantes para la actividad habitual de la persona que lo padece y que afectan a su calidad de vida. Por ello será preciso suplementar la hidratación natural que proporciona nuestra lágrima, con el aporte de lágrimas artificiales y otros geles o pomadas que mantengan adecuadamente lubricada, de día y de noche, la superficie ocular. Lo deseable es que los suplementos lagrimales que se empleen no contengan conservantes.
Asimismo, la inestabilidad de la película lagrimal y la inflamación de la superficie ocular desempeñan un papel etiológico importante en el desarrollo de esta enfermedad. La disfunción de las glándulas de Meibomio de los párpados está en la base de la mayoría de los casos en los que encontramos una “fragilidad de la lágrima”, y por tanto una evaporación excesivamente rápida de la misma.
Por ello en muchos pacientes es necesario indicar diversos tratamientos físicos que mejoren la “calidad” de nuestra lágrima o que permitan la mayor permanencia de la lágrima tanto natural como artificial, en contacto con la superficie ocular. Y por supuesto, instaurar tratamientos antiinflamatorios, inmunomoduladores o derivados hemáticos (suero autólogo, PRP, PRGF) con el objetivo de controlar ese componente inflamatorio presente en muchos ojos afectados por sequedad. También existen moduladores de la sensibilidad que no llegan a anestesiar completamente el ojo.
Finalmente, en algunos pacientes la cronicidad de los síntomas que provoca esta enfermedad, puede provocar la aparición del llamado “dolor neuropático”, que viene a ser un dolor producido por la estimulación crónica de las terminaciones sensitivas de la superficie ocular y que puede permanecer incluso cuando los signos de sequedad de la superficie ocular han disminuido significativamente gracias al tratamiento. Siendo preciso, en algunos casos excepcionales, el establecimiento de un tratamiento por parte de los especialistas del Área del Dolor.
Desde el Departamento de Oftalmología de la Clínica, trabajamos en estrecha colaboración con otros departamentos como Reumatología, Hematología, Farmacia Hospitalaria o el Área del Dolor, para tratar de realizar una asistencia médica lo más personalizada posible.
Luz pulsada intensa (IPL) para el ojo seco
Es una técnica terapéutica no invasiva que utiliza pulsos de luz de alta intensidad para estimular las glándulas productoras de lágrimas en los ojos, promoviendo la producción de lágrimas de mejor calidad y ayudando a aliviar los síntomas del ojo seco.
Además, la luz pulsada también puede mejorar la circulación sanguínea alrededor de los ojos, lo que contribuye a una mejor salud ocular en general.
¿Dónde lo tratamos?
EN NAVARRA Y MADRID
El Departamento de Oftalmología
de la Clínica Universidad de Navarra
Dotado de la última tecnología, el Departamento de Oftalmología cuenta con el equipo, técnico y humano, necesario para ofrecer una asistencia integral y específica para cada paciente.
Somos uno de los pocos centros que dispone de un laboratorio de microcirugía para la mejora de la práctica clínica.
Organizados en unidades especializadas
- Córnea y superficie ocular
- Retina
- Oftalmología General
- Defectos de Refracción
- Oculoplástica
- Oftalmología pediátrica
¿Por qué en la Clínica?
- Más de 30 años de experiencia.
- Expertos en el diagnóstico y tratamiento de patologías oculares.
- Con seguridad y garantía de un hospital de prestigio.