Publicaciones científicas
Antídotos para los nuevos anticoagulantes: realidad y expectativas
Gómez-Outes A (1), Lecumberri R (2).
En la última década se han comercializado diversos anticoagulantes de administración oral, entre los que se encuentran el inhibidor directo de la trombina dabigatrán etexilato (Pradaxa®; Boehringer Ingelheim), y los inhibidores directos del factor x activado (FXa) rivaroxabán (Xarelto®; Bayer HealthCare), apixabán (Eliquis®; Bristol-Myers Squibb) y edoxabán (Lixiana®/Savaysa®; Daiichi-Sankyo).
Estos (ya no tan nuevos) anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) están autorizados para uso en diversas indicaciones relacionadas con la profilaxis y el tratamiento del tromboembolismo venoso y la prevención del ictus y la embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular no valvular (FANV).
Los ACOD han mostrado una relación beneficio-riesgo positiva en dichas indicaciones y una menor tendencia hemorrágica (especialmente en el caso de hemorragias intracraneales [HIC]) que los antagonistas de la vitamina K (AVK).
Su vida media relativamente corta (entre 11 y 17 h en pacientes con función renal conservada) puede ser una ventaja en caso de hemorragia, al disminuir rápidamente su acción anticoagulante entre las 12-24 h tras su administración.
No obstante, la ausencia de un antídoto específico y de herramientas para el control biológico del efecto anticoagulante bien estandarizadas y disponibles en cualquier laboratorio de urgencias ha generado cierta desconfianza entre prescriptores y pacientes.
CITA DEL ARTÍCULO Med Clin (Barc). 2016 Jun 3;146(11):488-90. doi: 10.1016/j.medcli.2015.11.014