Consulta especializada en trastornos del sueño
UNIDAD DEL SUEÑO | SERVICIO DE NEUROFISIOLOGÍA
CLÍNICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
Las enfermedades del sueño son muy variadas y producen síntomas múltiples, afectando a la salud física, psíquica y a la calidad de vida global.
Dormir mal y presentar cansancio y somnolencia diurna puede estar provocado por múltiples patologías. Los insomnios, las hipersomnias, los trastornos del ritmo circadiano, las alteraciones respiratorias y motoras relacionadas con el sueño, tienen causas variadas y pueden aparecer combinadas, produciendo cuadros complejos y crónicos.
Por ello, se requiere un diagnóstico preciso, elección adecuada de los estudios de sueño a realizar, tratamientos específicos y un seguimiento individualizado.
La Dra. Elena Urrestarazu, neuróloga y neurofisióloga clínica, con certificación como Experta en Trastornos del Sueño por la Sociedad Europea de Trastornos del Sueño (ESRS) y la Sociedad Española del Sueño (SES), se dedica, en consulta específica, al diagnóstico y tratamiento de las alteraciones del sueño, dentro de la Unidad de Sueño de la Clínica Universidad de Navarra en la sede de Pamplona.
En el insomnio crónico, en colaboración con los especialistas del Dpto. de Psiquiatría y Psicología Médica de la Unidad de Sueño, se potencia el tratamiento no farmacológico utilizando técnicas de la terapia cognitivo-conductual.
Además de la consulta especializada en los trastornos del sueño, se lleva a cabo un seguimiento personalizado entre las consultas, vía telefónica y por correo electrónico, tanto por el equipo médico como por la enfermera especializada de la Unidad de Sueño.
¿Cómo se diagnostican los trastornos del sueño?
El estudio polisomnográfico es considerado el gold estándar para el diagnóstico de gran parte de los trastornos del sueño.
Se realiza en régimen de ingreso. Se suelen colocar sensores para registrar actividad cerebral, movimientos oculares, flujo de aire, esfuerzo respiratorio, oxígeno, posición corporal, actividad muscular de mentón y piernas (en algunas indicaciones se registra también en brazos) y ECG. En ocasiones también se registran otros parámetros como el CO2 en sangre.
Además, se registra en vídeo para estudiar conductas o movimientos anormales durante el sueño.
La principal indicación del estudio polisomnográfico es el diagnóstico de apneas de sueño, aunque también está indicado para el diagnóstico de movimientos anormales durante el sueño (por ejemplo, movimientos periódicos de las piernas), parasomnias (conductas anormales) y en algunos casos de insomnio, especialmente cuando se sospecha una patología concomitante o una mala percepción del sueño.
En pacientes con síndrome de apenas-hipopneas obstructivas del sueño se realizan estudios polisomnográficos de titulación del CPAP. En ellos, además del montaje anteriormente descrito, el paciente duerme con CPAP o autoCPAP para que nuestro equipo de profesionales pueda valorar cómo el paciente responde a este tratamiento.
La poligrafía respiratoria es una prueba simplificada para el diagnóstico exclusivamente de alteraciones respiratorias durante el sueño.
Tiene la ventaja de poder ser domiciliaria pero no está indicada en pacientes con sospecha de otras patologías del sueño u otras enfermedades que repercuten en el sueño. El paciente se coloca en su domicilio sensores que registran el flujo de aire, el esfuerzo respiratorio y el oxígeno.
Ante la alta sospecha de apneas del sueño, si es negativa se completa con un estudio polisomnográfico.
El test de latencias múltiples del sueño se utiliza para el diagnóstico de hipersomnias de origen central. La principal indicación es la sospecha de narcolepsia.
Habitualmente se realiza tras un estudio polisomnográfico en el que se descartan patologías del sueño, como por ejemplo las apneas, que expliquen la hipersomnia.
Se realiza en régimen de ingreso. Se colocan sensores para registrar actividad cerebral, movimientos oculares, y actividad muscular de mentón. Se pide al paciente que realice 4 ó 5 siestas de 30 minutos cada 2 horas.
Se evalúa el tiempo que tarda en conciliar el sueño y la fase de sueño a la que se llega en cada siesta.
El test de mantenimiento de la vigilia objetiva la capacidad de permanecer despierto en situaciones soporíferas.
Habitualmente se utiliza para evaluar la eficacia del tratamiento de enfermedades que cursan con somnolencia excesiva como son las apneas del sueño o la narcolepsia.
Al igual que en el test de latencias múltiples del sueño, se colocan sensores para registrar actividad cerebral, movimientos oculares, y actividad muscular de mentón.
Las condiciones de la habitación tienen que cumplir unas condiciones de luz, temperatura y silencio que inviten al sueño. El paciente permanece recostado y se le pide que no se duerma. Se realizan 4 ó 5 intentos de 20 ó 40 minutos, dependiendo del protocolo. Se determina el tiempo que tarda en quedarse dormido.
La actigrafía es una prueba que permite estudiar el patrón vigilia-sueño. También da información indirecta de varias características del sueño como son la latencia de entrada en sueño, despertares, tiempo de sueño, etc.
El actígrafo es una especie de reloj que se coloca en la muñeca del brazo no dominante y que mide movimiento (velocímetro).
Tiene la ventaja de que se puede usar durante días e incluso semanas en la vida real del paciente. Actualmente existen dispositivos que miden la intensidad de luz e incluso la temperatura corporal.
Su principal indicación son las alteraciones del ritmo circadiano del ciclo sueño-vigilia, es decir, del reloj interno. También puede indicarse en algunos pacientes con insomnio.