Un tratamiento combinado para prevenir arritmias y embolias permite suprimir los anticoagulantes en un 95% de los casos
Según un estudio realizado por cardiólogos de la Clínica Universidad de Navarra, combinar la ablación para tratar las arritmias cardiacas con el cierre de la orejuela para impedir embolias consigue evitar la anticoagulación y suprimir el riesgo de hemorragias
10 de septiembre de 2015
Actualmente, cerca de 800.000 personas necesitan tomar anticoagulantes en España, según datos recientes de la Sociedad Española de Cardiología. La principal causa de la prescripción de estos medicamentos, de los cuales el más conocido es el Sintrom, reside en evitar el riesgo de sufrir trombos y, como consecuencia, ictus, debido especialmente a las arritmias cardiacas. Además, los anticoagulantes favorecen la disolución de los coágulos una vez formados. Sin embargo, debido a sus propiedades, los fármacos convencionales presentan riesgo de complicaciones hemorrágicas severas.
Pero estos efectos adversos pueden dejar ya de ser un problema. Una técnica novedosa combinada para prevenir arritmias y embolias permite suprimir los anticoagulantes en un 95% de los casos. La nueva terapia consiste en la combinación en un único procedimiento de la ablación (lesión) para el tratamiento de la fibrilación auricular (arritmia cardíaca crónica más frecuente) con el cierre de la orejuela (apéndice de la aurícula izquierda)
De este modo se logra evitar la salida de trombos desde el corazón, con una elevada tasa de éxito en pacientes tratados, que pueden suprimir la terapia de anticoagulación.
Así lo han demostrado los resultados de un estudio desarrollado por especialistas de la Unidad de Arritmias de la Clínica Universidad de Navarra en una muestra de 35 pacientes con fibrilación auricular resistente al tratamiento con fármacos. El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista científica Europace, publicación oficial de la Sociedad Europea de Cardiología.
Este procedimiento combinado estaría indicado en pacientes con enfermedades que predispongan a hemorragias, como pueden ser determinadas patologías digestivas o urológicas, entre otras. También está dirigido a pacientes con antecedentes hemorrágicos o con dificultades para el uso de anticoagulantes, como son aquellos con insuficiencia renal, intolerancias o alergias.
Y, por último, la nueva terapia combinada estaría indicada para pacientes con expreso deseo de no consumir anticoagulantes después de haber recibido una adecuada información al respecto. Además, podrían beneficiarse aquellas personas que, a pesar de estar con tratamiento correcto con anticoagulantes, hayan sufrido ictus o embolias, siempre que no se describa otra causa para el ictus que no sea la fibrilación auricular.
El 90% de los trombos, en la orejuela
Según advierte el autor principal del trabajo, el doctor Ignacio García Bolao, director del Departamento de Cardiología de la Clínica e investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IDISNA), “el riesgo global de sufrir un ictus en pacientes con fibrilación auricular no valvular se sitúa en un 5% al año”. La orejuela de la aurícula izquierda es un apéndice o dilatación en forma de bolsa que rodea las venas pulmonares. Su función principal es evitar que quede sangre estancada en la aurícula. Sin embargo, en pacientes con fibrilación auricular no valvular, hasta el 90% de los trombos se originan en dicha cavidad.
En general, para los pacientes con fibrilación auricular (FA) y riesgo tromboembólico elevado está indicada la terapia con anticoagulantes orales. No obstante, los fármacos convencionales presentan riesgo de complicaciones hemorrágicas severas. En personas con FA a las que se les ha implantado un dispositivo percutáneo para el cierre de la orejuela izquierda se ha visto que “el taponamiento de este apéndice ha demostrado igual eficacia que el tratamiento anticoagulante en la prevención de accidentes cerebrovasculares, evitando la necesidad a largo plazo de anticoagulación, algo especialmente importante en pacientes que presenten episodios de sangrado”, apunta el especialista.
Ventajas de un único procedimiento híbrido
A la vista de los resultados obtenidos en cada una de las dos terapias, los especialistas de la Clínica vieron la oportunidad de realizar un tratamiento híbrido que combinara ambos procedimientos en una única intervención. De esta manera se reduciría la incidencia de accidente cerebrovascular (ictus) en pacientes con riesgo elevado y al mismo tiempo se corregirían las arritmias provocadas por la fibrilación auricular.
El equipo de la Unidad de Arritmias liderado por el doctor García Bolao realiza así ambos procedimientos en un solo acto, por vía percutánea, mediante cateterismo, con abordaje por la vena femoral.
El tratamiento requiere un ingreso hospitalario de dos noches y el mantenimiento de la anticoagulación oral durante 3 meses, plazo habitual tras un procedimiento de ablación para la fibrilación auricular. Transcurrido este tiempo, se le realizan al paciente una serie de pruebas para verificar que el tratamiento ha resultado eficaz. En caso de que las pruebas sean positivas se puede suspender la anticoagulación oral. En el estudio de la Clínica Universidad de Navarra se ha demostrado que, 3 meses después del tratamiento híbrido, el cierre de la orejuela fue exitoso en un 100% de los casos.
Entre las condiciones para realizar esta intervención, la principal reside en contar con un equipo de profesionales muy entrenado en ambos procedimientos: la ablación y el cierre de la orejuela. Pero sus ventajas compensan cualquier inconveniente ya que sólo requiere un ingreso hospitalario, se evitan complicaciones al utilizar el mismo acceso vascular para ambos procedimientos y se minimizan las infecciones hospitalarias. “Todo redunda en un mayor confort para el paciente al simplificarle el proceso y abordar los problemas provocados por esta arritmia de un modo integral”, destaca el cardiólogo.
+ Referencia:
Europace. Doi:10.1093/europace/euv070